
Fecha del post: 16 de septiembre de 2017
Desde que en el evento de Esports Talent Canarias el Gobierno canario anunciara su intención de regular el sector de los eSports en el archipiélago, muchas son las voces críticas que se han levantado en contra da la iniciativa. La mayoría de ellas están indignadas por el hecho de que se haya decidido incluir a los deportes electrónicos dentro de legislación deportiva, caso de las distintas asociaciones deportivas de Canarias. A otros, sin embargo, les ha preocupado más ésta extraña voluntad de querer regular algo que no se comprende mucho sin contar con agentes del sector para que les guíen, caso de este artículo de opinión de la web de eSports Esports Bureau.
Con este post quiero aportar mi granito de arena al debate y reflexionar sobre cómo deberían regularse los deportes electrónicos en España.
Los eSports como deporte

Personalmente, soy muy reacio a entrar a discutir si los eSports deben ser considerados o no como un deporte. En mi opinión, y tras ver algunas de las legislaciones asiáticas que sí lo hacen, los eSports pueden ser regulados como deporte. De hecho, el único elemento que importa para que lo sean es la existencia de una voluntad política.
Ahora bien, si lo que se quiere es reflexionar sobre si los eSports reúnen las condiciones para ser considerados como un deporte y legitimar así la voluntad política que los decida regular, entonces sí se puede entrar a debatir. Y se puede entrar a debatir con argumentos que ya han sido puestos sobre la mesa. Argumentos muy buenos tanto en una como en otra dirección. Así, podemos encontrar argumentos que justificarían perfectamente su regulación como deporte, como se puede leer en la tesis «eSport Gaming: The Rise of a New Sports Practice» de la catedrática Mariona Rosell. Pero también existen opiniones muy convincentes para no hacer tal cosa, caso del artículo ¿Por qué los eSports no deberían ser regulados en la Ley del Deporte? del profesor Jose Antonio Serrano.
Así pues, al poderse argumentar hacia uno u otro lado, lo que se debe hacer es tomar partido en uno. Sin embargo, yo quiero ir un poco más allá y preguntarme… ¿realmente los eSports están preparados para ser considerados como un deporte?. Personalmente creo que no, que a día de hoy los eSports españoles no deben ser considerados como deporte. No porqué no cumplan con todos los requisitos para ser asumidos como tal, que sinceramente creo que los cumplen (aunque realmente esto de los requisitos para ser deporte me parece que no tiene mucha fiabilidad jurídica…). No, más bien no lo deben ser porqué los eSports españoles aún no están preparados en asumir todo el peso de una regulación deportiva.. A día de hoy, las competiciones, los clubs, los jugadores, e, incluso a las asociaciones de deportes electrónicos, les queda aún mucho camino por recorrer para poder asumir con todas las garantías posibles todo el peso derivado de la legislación deportiva.
Por eso y porqué creo que no debe forzarse al sector, creo que lo mejor que podría hacerse es regularlo como una nueva disciplina. Una disciplina totalmente nueva e innovadora a medio camino entre deporte, evento de marketing y forma de ocio. Es decir, como una nueva forma de entender la realidad.
Puede parecer el pensamiento de un loco pero al final es lo que son… Los eSports son una nueva forma de hacer y entender las cosas nacida a partir del uso de las nuevas tecnologías. No tiene nada de distinto de lo que sucedió cuando aparecieron internet, los smartphones o las redes sociales. Y a nivel regulativo, me parece lo mismo a lo que sucedió cuando aparecieron los «nuevos problemas digitales» como las cookies, el uso de las criptomonedas, AirB&B, Uber o el crowdlending. Problemas que anteriormente no existían pero que una nueva forma de interpretar el mundo (en este caso los videojuegos) ha hecho florecer. Quizá, la única diferencia que existe entre los eSports y alguno de estos temas que se han tratado es que afectan, o pueden llegar a afectar, a menores de edad (a nivel de target y a nivel de jugadores) y que se mueven importantes cifras de dinero (al menos en algunos países y sectores de los eSports). De ahí esa necesidad de regularse.
Por ello, creo que la solución al problema (si es que existe) debería venir por una regulación específica que, en primer lugar, reconozca a los eSports como una actividad y que, en segundo lugar, regule los aspectos más básicos del sector, con el fin de ayudarle a que se autoregule y crezca por si mismo. En definitiva, crear una ley que promocione y ayude a los eSports españoles a crecer y a competir con otras regiones del mundo.
Esta es precisamente la opción que ha seguido el país que «inventó» a los eSports: Corea del Sur. Por medio de la Act on Promotion of e-Sports (electronic sports) [이스포츠(전자스포츠) 진흥에 관한 법률, en surcoreano] — (disponible en coreano en esta página web, en inglés en esta página web, en esta otra web o aquí en pdf), el país de la cuna de los eSports decidió declarar la existencia de los eSports como una actividad y estableció la pauta que debía seguir cada administración pública si quería promocionarlos (me reservo el desarrollo de la regulación legal de los eSports en Corea del Sur para otro post).
En esta misma línea. aunque yendo más lejos, Francia ha hecho algo similar(por si no lo sabes, Francia ha regulado diversos aspectos de los eSports. Te dejo aquí un post en el que hablo sobre el tema). Si bien los han reconocido dentro del código laboral, la regulación no ha partido de algo previo sino que se ha hecho vía leyes específicas. Leyes que, en un primer lugar, definen y reconocen a los eSports como a competiciones de videojuegos (encontrarás más información en La regulación de los e-Sports en la république numérique francesa), para posteriormente crear dos leyes que regulen algunos ejes de los deportes electrónicos: a los jugadores y a los organizadores de eventos.
De hecho, en mi opinión, la forma francesa de regular los eSports me parece la más adecuada. Y más aún si se ven las formas en las que se gestó la ley. Y es que el país galo, para crear sus dos leyes de eSports, utilizó el Ministerio de Asuntos Digitales (dependiente del ministerio de economía) quién buscó la colaboración de toda la población para redactar su borrador final. ¿Cómo lo hicieron? El Ministerio liderado por Axelle Lemaire creó una web donde los ciudadanos/usuarios de internet podían opinar sobre el borrador de la regulación que tenía que crearse. Personalmente, desconozco como funciona esta técnica legislativa y si realmente se atendió a las opiniones de la población. Sin embargo, si todo funciona como debería me parece una técnica brillante para regular a un sector tan digital y colectivo como es el de los deportes electrónicos. Y más si es un sector con tanta falta de instituciones como el de los eSports…
Ahora bien, y volviendo al tema de la regulación de los deportes electrónicos en España, ¿quién se va a encargar asesorar en la creación de la regulación cuando el legislador quiera dar el paso?
La necesidad de disponer de agentes del sector para poder legislar

Sin duda, la otra gran cuestión a resolver con respecto a si regular o no los eSports es saber ¿quién lo va ha hacer, qué sabe del sector y qué piensa regular? Cuestiones todas ellas hechas por el temor de que una mala legislación podría poner muchas trabas a los eSports de nuestro país. Y es que es un mal persistente de los deportes electrónicos el hecho de que personas desconocedoras del sector se quieran poner a solucionar o dirigir problemas que no conocen.
Quizá el problema no existiría si dejáramos que los eSports se regularan de forma privada. Regiones con el sector de los eSports más consolidado han optado por la regulación por medio de asociaciones o entidades privadas. Casos como la WESA, la ESIC o la KeSPA, podrían ser tomados como ejemplos de regulación privada en distintos niveles. En definitiva, entidades privadas de asociación voluntaria compuestos por agentes del sector (jugadores, publishers, clubs, etc.) que se autoregulan por medio de códigos que disponen de mecanismos propios para cumplirse (por ejemplo con el tribunal de la WESA pretende hacer y del cual os hablé en otro post), algo que reúne los requisitos para ser tomada como una «fuente de derecho» válida. Obviamente estos códigos no pueden considerarse como una legislación propiamente dicha puesto que no vinculan a la universalidad de los agentes de los eSports de la región, pero sí que tienen mucho sentido de cara a regular aspectos puntuales de los eSports como el dopaje, los amaños, el trato publisher-club, los intereses básicos de los jugadores o, porqué no, el producto final que se quiere dar al público. Todo un conjunto de temas de gran importancia para los deportes electrónicos que no necesitan del apoyo institucional para su regulación.
Sin embargo, no todo lo pueden hacer los privados. Recibir apoyo del estado (sea en forma de subvención o de políticas favorables), el irrumpir en la vida social de la población o el unificar las normas creadas pueden ser algunas de las ventajas de disponer de una legislación que regule a los eSports. Así pues, quizá es interesante que se complemente la actividad privada con iniciativa pública, lo que me lleva a otra pregunta… ¿existen instituciones privadas que permitan y legitimen una legislación de eSports en España?
La falta de instituciones en el sector español

Personalmente, este es uno de los grandes males a la hora de regular a los deportes electrónicos: la falta de instituciones que representen a los distintos intereses del sector.
Imaginemos, por ejemplo, que se quiere regular algo relacionado con los proplayers en España. Algo relacionado con la explotación de sus derechos de imagen, los derechos de formación o su fiscalidad. Lo más lógico sería contar con el apoyo de algún representante que, legitimado por el conjunto de los jugadores del país, pudiese ayudar al legislador en la creación de una legislación. Al fin y al cabo, serán ellos los encargados de cumplir con la legislación, qué menos que facilitar su cumplimiento. Pues bien, ¿con qué entidad contactaríamos para hacerlo? Con ninguna. En España, no existe asociación, plataforma o una entidad alguna que unifique a la mayoría de los jugadores españoles.
Algo similar sucede con los clubs, ¿cómo se podría regular algo tan útil como una forma jurídica específica para los clubs de eSports sino hay un ente con el que debatirlo? Sí, siempre se puede llamar a uno o dos clubs para que ayuden y den su opinión. Pero en este caso la pregunta sería otra, ¿con qué criterio se llama a un club y no a otro? ¿Qué legitimidad tiene este club para representar a los otros?
Actualización de 12 de diciembre de 2018: Des del 18 de febrero de 2018, existe en España la Asociación de Clubes de Esports o (ACE) una entidad que agrupa a un gran número de clubs importantes dentro del sector español y que tiene por objetivo ejercer de intermediario ante las administraciones y cualquier agente en todos aquellos aspectos relacionados con los clubs. Así pues, la afirmación anteriormente mencionada quedaría ya obsoleta al existir una asociación con un alto grado de legitimidad para representar a un stakeholder del sector español.
Quizá el caso español sea incluso más grave. Existen uniones en nuestro país que se crearon para ayudar en este aspecto pero se han quedado en una vía muerta. Es el caso de la Federación Española del Videojuego y los eSports (FEVeS) que como bien se explica en el reportaje de ‘¿Qué ha sido de FEVeS? Analizamos su situación actual en base a la información de la que disponemos’ de Esports Bureau parece que se ha quedado en un proyecto totalmente muerto de cara al público. Un proyecto que llegó a ilusionar y a esperanzar a muchos agentes del sector…
Ahora bien, y dejando de lado estas preguntas sin resolver, la única posibilidad del legislador si quiere crear una ley es la de ir a buscar al único stakeholder con verdadero poder en toda esta industria: el publisher. Por ello podría dirigirse a asociaciones como la AEVI para mantener sus intereses en caso de querer regular, por ejemplo, los eventos presenciales en el país. Quizá no contarían con todos los publishers del mundo (algo lógico si tenemos en cuenta la continua expansión de títulos competitivos) pero si representarían a un gran número de ellos, por lo que podrían considerar legitimados para actuar. Al menos, por ser el único que existe en este campo. En definitiva, se puede legislar pero nunca se contaría con la aprobación de los afectados en el sector.
Todo ello nos lleva a ir un poco más adentro del problema y a preguntarnos si realmente se deben regular los eSports.
Regular o no regular, esa es la cuestión
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En toda este reflexión he ignorado argumentar los motivos por los cuales considero se debe regular los eSports. Ello es porqué, en mi opinión, no hay duda alguna: los eSports deben estar regulados. Sea con un código privado o con una ley pública, es necesario que los eSports dispongan de una reglamentación que estandarice las conductas de los agentes del sector y empezar a favorecer a quienes compitan. Y que lo haga de forma transversal, tanto para los eSports más amateurs como para los más profesionales.
Así pues, regular cosas tan simples como el reparto de los premios de una competición, a regular quien puede ser considerado jugador profesional, qué son los eSports o, incluso, el deber tener una forma legal para el club para competir en una liga de eSports deberían ser prioridades en la industria. Por no hablar de muchos otros aspectos que también derivan de la organización de un evento presencial: qué mínimo de prize pool se debe pagar (sin ingresos no hay equipos, por mucho que publishers como Blizzard se obstitnen en limitarlos), con que condiciones se va a tener que jugar (no tener, por ejemplo, a jugadores tirados por el suelo…), qué contrato deben tener los jugadores, cuantas horas se va a poder jugar, etc. Aspectos todos ellos que deberían tener una regulación específica y genérica para solventarlos.
Hay algunos que argumentan que todo esto se puede hacer fácilmente por medio de las fuentes básicas del derecho. Sí, fácilmente todo se puede regular con el Código Civil y la voluntad privada. Pero no creo que esto sea lo más eficiente. Sobretodo para hacer de los eSports una práctica genérica y equilibrada, no un club privado para unos pocos (que es lo que parece producirse en muchas ligas). Y tampoco porqué no creo que se puedan forzar figuras ‘tradicionales’ para encajarlas en una cosa tan compleja como los deportes electrónicos. ¿O alguien cree que los romanos (código civil) pensaron en cómo podía un tercero explotar un videojuego de forma competitiva hacia millones de personas? Por no hablar que difícilmente existirá una igualdad de condiciones entre voluntades privadas (¿O acaso existe igualdad a la hora de negociar entre un jugador y un club de eSports?)
No, los eSports necesitan de una regulación propia. De una regulación que defina qué son (cosa que aún no se ha hecho), y, que establezca aquellos mínimos necesarios para ayudar a que crezcan y que no se estanquen como un sector residual en expansión eterna.
No obstante, entiendo los temores. Y más en este país. No sería la primera vez que un sector disruptivo pega un importante frenazo como consecuencia de una legislación excesivamente dura. Por eso muchos quieren depender del sector privado. Que sea este quien impulse la regulación o estandarización de los deportes electrónicos. El problema es que, como hemos visto, este sector no existe, al menos en España. Por la cual cosa volvemos al principio…todo depende de voluntad política.
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